RT / La inversión extranjera directa en América Latina cayó 34,7 % en 2020 (y solo en estos cinco países creció)
El informe de la Cepal detalla que el año pasado la región recibió 56.000 millones de dólares menos que en 2019.
La inversión extranjera directa (IED) en América Latina cayó 34,7 % en 2020, afectada por el impacto de la pandemia del coronavirus, informó este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
De acuerdo con la institución, la región recibió el año pasado 105.480 millones de dólares de IED, unos 56.000 millones de dólares menos que en 2019; siendo el monto más bajo desde 2010 y 51% menos que el récord histórico alcanzado en 2012.
Los datos se dieron a conocer durante el lanzamiento del estudio anual de la Cepal ‘La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2021’, por parte de la titular de la organización, Alicia Bárcena.
El informe muestra que solo en cinco países aumentó la IED en 2020: Bahamas, Barbados, Ecuador, Paraguay y México.
Asimismo, indica que el año pasado EE.UU. aumentó su participación en la IED de la región, pasando de 27 % a 37 %; frente a la baja que experimentó Europa, que descendió del 51 % al 38 %.
Canalizar la IED
«La IED ha hecho aportes relevantes en América Latina y el Caribe, pero no hay elementos que permitan afirmar que en la última década haya contribuido a cambios significativos en la estructura productiva de la región o que haya servido como catalizador para la transformación del modelo de desarrollo productivo», dijo Bárcena.
La titular de la Cepal señaló que «hoy el desafío es mayor por las características y la magnitud de la crisis» y que se necesita canalizar la IED «hacia actividades que generen mayor productividad, innovación y tecnología».
Desde la Cepal han identificado ocho sectores estratégicos para dar un gran impulso para la sostenibilidad en la región, los cuales podrían verse «apuntalados por la IED».
Estos ocho sectores son: la transición hacia energías renovables, la electromovilidad sostenible en ciudades, la revolución digital inclusiva, la industria manufacturera de la salud, la bioeconomía, la economía del cuidado, la economía circular, y el turismo sostenible.