Infobae / En Italia, un algoritmo sugiere cómo organizar el sistema de vacunación para frenar al COVID-19

En la región de Lombardía, un cálculo matemático decidirá quién recibe la vacuna primero. Desarrollado por los estadísticos de la Universidad Milano Bicocca, identifica, por nombre y apellido, a las personas de 18 a 79 años que tienen prioridad en función de su perfil clínico.

La Lombardía ha sido la región italiana más afectada por el COVID-19. Cuando los casos en Europa comenzaron a aparecer, los datos y experiencias de esta región de Italia conmovieron al mundo por su crudeza y complejidad. Ahora, que llega el turno de organizar la vacunación, esta misma región brinda experiencias que pueden servir para ser capitalizadas en otras regiones.

¿Cómo determinar quién tiene prioridad en la vacunación? Un algoritmo desarrollado por los estadísticos de la Universidad Milano Bicocca identifica, por nombre y apellido, a las personas de 18 a 79 años que tienen prioridad a la vacuna en función de su perfil clínico. El índice de fragilidad se calculó comparando la información de la base de datos asistida de las regiones con los flujos de vigilancia de ocupación, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 en la primera y segunda olas. La aplicación de este sistema -explican los investigadores- permite evitar cientos de intubaciones y muertes.

Este algoritmo, ideado por científicos y adoptado por Lombardía, puede ayudar a que la vacilante campaña de vacunación vuelva a encarrilarse al decidir quién debe recibir la vacuna primero y eliminará disputas. El gobierno regional optó por su implementación, tras una votación ocurrida el mes pasado, aunque aún no ha comenzado a usarlo. El Ministerio de Salud también está considerando recomendarlo para uso nacional. “Creemos que al vacunar primero a quienes realmente están en mayor riesgo, podemos evitar cientos de intubaciones y muertes aquí, en Lombardía, y miles en Italia”, dijo Giovanni Corrao, profesor de estadística médica que dirigió el proyecto.

La región norte alrededor de Milán representa una sexta parte de la población de Italia, pero casi un tercio de sus muertes por COVID-19. El Ministerio de Salud Nacional ha instado a que se dé la primera dosis a los ancianos, los trabajadores de la salud, la policía, los maestros y las personas con enfermedades crónicas.

Sin embargo, bajo el sistema de salud descentralizado de Italia, los 20 gobiernos regionales del país tienen la última palabra sobre el orden de vacunación. Algunos también han cedido a los llamamientos de grupos profesionales como abogados y periodistas.

Sin política en la matemáticaEl coronavirus afecta todo, donde encuentra fragilidad, se desliza. “Este algoritmo reúne toda esa información”, sugiere el desarrollador (REUTERS)El coronavirus afecta todo, donde encuentra fragilidad, se desliza. “Este algoritmo reúne toda esa información”, sugiere el desarrollador (REUTERS)

Al hacer que el orden de vacunación sea estrictamente científico y técnico, el algoritmo reducirá el elemento de discreción política. La investigación cuenta con datos de cinco regiones, Lombardía, Valle de Aosta, Marcas, Puglia y Sicilia, para un total de aproximadamente 16 millones de personas, una cuarta parte de la población italiana. El algoritmo, propuesto y desarrollado por Gianni Corrao, profesor de estadística médica de Milano Bicocca, identificó las 23 condiciones patológicas que, además de la edad y el sexo, eran indicativos de riesgo clínico.

“La utilidad de este algoritmo -explicó Corrao– ciertamente depende también de la rapidez con la que se proceda con las vacunas, y permite evitar hospitalizaciones, intubaciones y muertes. Este algoritmo le atribuye a cada ciudadano el grado de vulnerabilidad al COVID-19”. En el estudio también participaron profesores e internistas, entre ellos, Giuseppe Mancia, de la Universidad de Milán Bicocca, el diabetólogo Agostino Console y Flavia Carle, profesora de estadística médica.

El equipo identificó 34 afecciones o enfermedades potenciales que aumentaban el riesgo de COVID-19, incluidas diabetes, enfermedades cardíacas, anemia y enfermedades hemato oncológicas. “Determinamos un peso específico a cada enfermedad, luego el algoritmo suma esos índices y relaciona la edad y el sexo con ellos”, explicó Corrao. El coronavirus afecta todo, donde encuentra fragilidad, se desliza. “Este algoritmo ‘holístico reúne toda esa información”, sugiere orgulloso el investigador.El índice de fragilidad se calculó comparando la información de la base de datos asistida de las regiones con los flujos de vigilancia de ocupación, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 en la primera y segunda olas (EFE/EPA/Daniel Dal Zennaro/Archivo)
El índice de fragilidad se calculó comparando la información de la base de datos asistida de las regiones con los flujos de vigilancia de ocupación, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 en la primera y segunda olas (EFE/EPA/Daniel Dal Zennaro/Archivo)

El índice de fragilidad se calcula en función de factores como los resultados de los hisopados, las hospitalizaciones y las muertes en la primera y segunda oleadas. Todos los datos utilizados son proporcionados por la base de datos de personas asistidas por las regiones.

En la Toscana, en los últimos días, se han ido produciendo anomalías en la administración de vacunas. Se ha anulado el criterio de progresión para los grupos más débiles. De hecho, la disponibilidad de la vacuna AstraZeneca, hasta ahora prohibida a la categoría más expuesta, los mayores de 65 años, para no ser descartada, se administró a las categorías consideradas indispensables como personal escolar, judicial y penitenciario.

Sin embargo, dentro de estas categorías, la vacuna se administra sin discriminación por edad. Hasta la fecha, en la Toscana, un abogado de 25 años tiene acceso prioritario a la vacuna frente a alguien de 64 años con enfermedades graves y que no pertenece a ninguna de las categorías reconocidas por la región como indispensable. No obstante, una persona de este tipo tiene una mayor probabilidad de desarrollar COVID-19 con síntomas severos y por lo tanto ocupar lugares en cuidados intensivos. El algoritmo propuesto al Ministerio de Salud, de aplicarse a nivel regional, podría resolver distorsiones similares.

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